domingo, 21 de octubre de 2012


LA PARTIDA DE EUROVEGAS

Como buen dueño de casinos, Adelson juega al póker. Sus visitas a España o las de sus emisarios, dosifican la información, como si fueran naipes de póker descubierto.

Lo que busca son negocios. Por eso llama la atención la naturalidad, e incluso la sumisión, con que sus propuestas se reciben desde poderes públicos, singularmente los de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. O son como los "pardillos" de la partida, prestos para que los desplumen, o defienden intereses que nada tienen que ver con los generales de los ciudadanos y sí con los de los propietarios de suelo donde se ubicaría el proyecto.

En su última visita, aparte de los contactos oficiales con el Presidente de la Comunidad de Madrid, ha tenido una entrevista extraoficial con el Presidente Rajoy y una cena privada en el domicilio de Esperanza Aguirre que, en las últimas semanas aparece, cada vez más, como la reina madre que manda en la sombra.

En su visita anterior, la revisión de los terrenos de Alcorcón parecía prefigurar que éste sería el lugar elegido y los responsables de Las Vegas Sands insistían en su idea de obtener un retorno del 20% anual del capital invertido, o lo que es lo mismo recuperar el capital en cinco años, y en que la empresa dispondría el 30% de la inversión y necesitaría crédito para financiar el 70% restante. En nebulosa se mantenía la necesidad de cambios legislativos para convertir este espacio en un verdadero paraíso legal y fiscal en el centro de España. 

En sus declaraciones públicas tras esta visita, Adelson dice tener ya el crédito preciso para la primera fase, que costaría seis mil millones de euros. Pero, como siempre, tanto o más importantes que las declaraciones públicas son las que no se han hecho y se han filtrado a medios expertos.

Si nos quedásemos con las declaraciones oficiales, el proyecto sería un delirio imposible de alcanzar. Porque ¿de dónde saldrán los millones de turistas millonarios para garantizar los miles de millones de beneficios para amortizar aceleradamente los diecisiete mil de inversión de que se habla? ¿Qué entidades de crédito, en las circunstancias actuales, se van a fiar de un proyecto como éste para ofrecer doce mil millones de crédito?

Pero, si nos fiamos de las informaciones oficiosas, hay dos datos nuevos que nos sitúan en las verdaderas dimensiones y objetivos del proyecto.

El primero se refiere a la intención de Adelson de obtener la gestión -privatización- de IFEMA, porque considera que la parte de su negocio prevista para la promoción de congresos y eventos, es incompatible con la competencia que representaría este organismo.

El segundo es su intención de negociar la participación del Corte Inglés en el proyecto, para desarrollar la parte comercial del negocio, mediante la instalación de una gran superficie en él. Esto supondría que parte importante de la financiación la pondría esta empresa, aprovechando la actual parada de su plan de inversiones en nuevos centros.

Si juntamos las piezas nos dicen que lo único previsto es la primera fase del proyecto; que el Sr. Adelson financiaría dos mil millones; que el Corte Inglés debería poner otros mil y que la parte de promoción de congresos y eventos se haría con la actual estructura de IFEMA (Comunidad de Madrid), pero privatizada y con la gestión en manos de Las Vegas Sands. No se habla del Palacio Municipal de Congresos, pero se supone que, de una u otra forma, entraría en el negocio.

O lo que es lo mismo, que su negocio es el juego, que es la actividad que ellos pondrían, y que el resto giraría en torno a ella.

Nada que objetar a la participación del Corte Inglés, que es un negocio privado, aunque ellos deberían considerar si su prioridad, en estos momentos, es un nuevo equipamiento en Madrid, en un lugar como ese. Aunque es obvio que si decidiesen participar sería en detrimento de otras inversiones futuras y que, lo comido por servido, el empleo que se generase allí no se generaría en otro sitio.

Lo de IFEMA es harina de otro costal. Porque es evidente que la creación de una infraestructura nueva, requiere una fuerte inversión que difícilmente, y más en la situación de crisis actual, se traduciría en nueva actividad, en competencia con instalaciones adecuadas ya existentes. Pero también lo es que tanto IFEMA como el Palacio Municipal de Congresos son instalaciones públicas consolidadas, con inversiones ya hechas con el dinero de todos los madrileños y rentables desde hace años. Meter a IFEMA y Espacios y Congresos en esa operación sería, una vez más, un expolio de patrimonio público, a los que la derecha acostumbra, y en una operación de éxito dudoso.

Adicionalmente, si la parte de Congresos y eventos, se centra en IFEMA y el Palacio Municipal de Congresos, que actualmente tienen sus propias estructuras, la creación de nuevo empleo para estas actividades será residual.

De ser ésta la operación, condicionaría además la ubicación de Eurovegas, ya que la localización de estas instalaciones en la zona norte de Madrid y en las inmediaciones del Aeropuerto, llevaría las nuevas inversiones a zonas cercanas y comunicadas con ellas.

Así, el volumen de la operación real de que se está hablando se centraría en la parte del juego, la hotelera y los servicios de restauración y en un volumen de inversión nueva que no superaría los cinco mil millones de euros.

Y aún así da la impresión de que Mr. Adelson no ha dicho la última palabra. De hecho ha vuelto a retrasar la decisión a noviembre y la previsible iniciación de las obras a finales de 2013. No le hace falta enseñar sus cartas, porque las administraciones madrileñas están descubriendo precipitadamente todas las suyas.

Es lo que tiene haber hecho una apuesta demagógica y vendido la piel de veinte osos antes de cazar ninguno, que acabas haciendo todas las concesiones, porque si el proyecto al final no saliese haces el ridículo. Lo que tampoco es descartable, porque Las Vegas Sands, todavía no se han comprometido a nada, cada vez ponen nuevas condiciones sobre la mesa y si se las aceptan, al final, en función de todas las informaciones, incluyendo la situación económica general en España y Europa, que es el mercado al que se dirigen, decidirán si continúan o no con el proyecto.

Y, tiempo al tiempo, el "no" todavía es lo más probable, dada la evolución de la situación.

 

Andrés Gómez

 

 

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