LA
PARTIDA DE EUROVEGAS
Como buen dueño de
casinos, Adelson juega al póker. Sus visitas a España o las de sus emisarios,
dosifican la información, como si fueran naipes de póker descubierto.
Lo que busca son negocios.
Por eso llama la atención la naturalidad, e incluso la sumisión, con que sus
propuestas se reciben desde poderes públicos, singularmente los de la Comunidad
y el Ayuntamiento de Madrid. O son como los "pardillos" de la
partida, prestos para que los desplumen, o defienden intereses que nada tienen
que ver con los generales de los ciudadanos y sí con los de los propietarios de
suelo donde se ubicaría el proyecto.
En su última visita,
aparte de los contactos oficiales con el Presidente de la Comunidad de Madrid,
ha tenido una entrevista extraoficial con el Presidente Rajoy y una cena
privada en el domicilio de Esperanza Aguirre que, en las últimas semanas
aparece, cada vez más, como la reina madre que manda en la sombra.
En su visita anterior, la
revisión de los terrenos de Alcorcón parecía prefigurar que éste sería el lugar
elegido y los responsables de Las Vegas Sands insistían en su idea de obtener
un retorno del 20% anual del capital invertido, o lo que es lo mismo recuperar
el capital en cinco años, y en que la empresa dispondría el 30% de la inversión
y necesitaría crédito para financiar el 70% restante. En nebulosa se mantenía
la necesidad de cambios legislativos para convertir este espacio en un
verdadero paraíso legal y fiscal en el centro de España.
En sus declaraciones
públicas tras esta visita, Adelson dice tener ya el crédito preciso para la
primera fase, que costaría seis mil millones de euros. Pero, como siempre,
tanto o más importantes que las declaraciones públicas son las que no se han
hecho y se han filtrado a medios expertos.
Si nos quedásemos con las
declaraciones oficiales, el proyecto sería un delirio imposible de alcanzar. Porque
¿de dónde saldrán los millones de turistas millonarios para garantizar los
miles de millones de beneficios para amortizar aceleradamente los diecisiete
mil de inversión de que se habla? ¿Qué entidades de crédito, en las
circunstancias actuales, se van a fiar de un proyecto como éste para ofrecer
doce mil millones de crédito?
Pero, si nos fiamos de las
informaciones oficiosas, hay dos datos nuevos que nos sitúan en las verdaderas
dimensiones y objetivos del proyecto.
El primero se refiere a la
intención de Adelson de obtener la gestión -privatización- de IFEMA, porque
considera que la parte de su negocio prevista para la promoción de congresos y
eventos, es incompatible con la competencia que representaría este organismo.
El segundo es su intención
de negociar la participación del Corte Inglés en el proyecto, para desarrollar
la parte comercial del negocio, mediante la instalación de una gran superficie
en él. Esto supondría que parte importante de la financiación la pondría esta
empresa, aprovechando la actual parada de su plan de inversiones en nuevos
centros.
Si juntamos las piezas nos
dicen que lo único previsto es la primera fase del proyecto; que el Sr. Adelson
financiaría dos mil millones; que el Corte Inglés debería poner otros mil y que
la parte de promoción de congresos y eventos se haría con la actual estructura
de IFEMA (Comunidad de Madrid), pero privatizada y con la gestión en manos de
Las Vegas Sands. No se habla del Palacio Municipal de Congresos, pero se supone
que, de una u otra forma, entraría en el negocio.
O lo que es lo mismo, que
su negocio es el juego, que es la actividad que ellos pondrían, y que el resto
giraría en torno a ella.
Nada que objetar a la
participación del Corte Inglés, que es un negocio privado, aunque ellos
deberían considerar si su prioridad, en estos momentos, es un nuevo
equipamiento en Madrid, en un lugar como ese. Aunque es obvio que si decidiesen
participar sería en detrimento de otras inversiones futuras y que, lo comido por
servido, el empleo que se generase allí no se generaría en otro sitio.
Lo de IFEMA es harina de
otro costal. Porque es evidente que la creación de una infraestructura nueva,
requiere una fuerte inversión que difícilmente, y más en la situación de crisis
actual, se traduciría en nueva actividad, en competencia con instalaciones
adecuadas ya existentes. Pero también lo es que tanto IFEMA como el Palacio
Municipal de Congresos son instalaciones públicas consolidadas, con inversiones
ya hechas con el dinero de todos los madrileños y rentables desde hace años.
Meter a IFEMA y Espacios y Congresos en esa operación sería, una vez más, un
expolio de patrimonio público, a los que la derecha acostumbra, y en una
operación de éxito dudoso.
Adicionalmente, si la
parte de Congresos y eventos, se centra en IFEMA y el Palacio Municipal de
Congresos, que actualmente tienen sus propias estructuras, la creación de nuevo
empleo para estas actividades será residual.
De ser ésta la operación,
condicionaría además la ubicación de Eurovegas, ya que la localización de estas
instalaciones en la zona norte de Madrid y en las inmediaciones del Aeropuerto,
llevaría las nuevas inversiones a zonas cercanas y comunicadas con ellas.
Así, el volumen de la
operación real de que se está hablando se centraría en la parte del juego, la
hotelera y los servicios de restauración y en un volumen de inversión nueva que
no superaría los cinco mil millones de euros.
Y aún así da la impresión
de que Mr. Adelson no ha dicho la última palabra. De hecho ha vuelto a retrasar
la decisión a noviembre y la previsible iniciación de las obras a finales de
2013. No le hace falta enseñar sus cartas, porque las administraciones
madrileñas están descubriendo precipitadamente todas las suyas.
Es lo que tiene haber
hecho una apuesta demagógica y vendido la piel de veinte osos antes de cazar
ninguno, que acabas haciendo todas las concesiones, porque si el proyecto al
final no saliese haces el ridículo. Lo que tampoco es descartable, porque Las
Vegas Sands, todavía no se han comprometido a nada, cada vez ponen nuevas
condiciones sobre la mesa y si se las aceptan, al final, en función de todas
las informaciones, incluyendo la situación económica general en España y
Europa, que es el mercado al que se dirigen, decidirán si continúan o no con el
proyecto.
Y, tiempo al tiempo, el "no"
todavía es lo más probable, dada la evolución de la situación.
Andrés
Gómez
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