EL
VERTIGINOSO CRECIMIENTO DEL DESEMPLEO
De
la EPA al paro registrado
El escaso tiempo pasado
entre la publicación de la EPA correspondiente al primer trimestre 2012 y el
paro registrado por el INEM en abril, permite evaluar las reacciones en ambos
casos y lo que tienen de coyuntural, para lo malo, que es mucho, y para lo
bueno que, desgraciadamente, es muy poco, por no decir nada.
Lo cierto es que el
seguimiento "cuantitofrénico" de las cifras (que cada mes o cada
trimestre se quieran sacar sesudas conclusiones sobre ellas para reafirmar
convicciones establecidas a priori), es inútil. Así, Esperanza Aguirre en
Madrid puede elegir entre tirar de soberbia porque la EPA da un crecimiento de
16 mil empleos en este trimestre sobre el anterior o flagelarse porque en esta
Comunidad el paro registrado en abril sube, cuando en el conjunto de España
baja.
Que la realidad del
mercado laboral español es pésima y tiende a peor es innegable -añadido que más
del 50% de los jóvenes no tiene empleo- y que, para interpretarla, analizar
tendencias y no datos puntuales es lo más sensato aunque no siempre lo más
usual. Un primer problema es la existencia de dos cifras distintas, que se
prestan a confusión, elaboradas por organismos distintos y con distintas metodologías:
la EPA del Instituto Nacional de Estadística como encuesta y el paro registrado
y los cotizantes a Seguridad Social, como datos de registros del Ministerio de
Trabajo (ahora de Empleo) con diferencias notables en número, pero que
históricamente no han mostrado diferencias de tendencia resaltables.
Si analizamos seriamente
la EPA vemos que el número de parados en el primer trimestre de 2012 es de 729
mil más que en el mismo trimestre de 2011 y lo que es más significativo, que
esa tendencia se ha acelerado en los últimos trimestres, ya que si comparamos
los datos del segundo, tercer y cuarto trimestres de 2011 con los
correspondientes de 2010, el crecimiento ha ido aumentando de 188 mil a 433 mil
y 577 mil respectivamente.
La tendencia se confirma observando
la evolución de la población ocupada, también según la EPA. Caídas del empleo
de 174 mil en el segundo trimestre de 2011, que suben a 390 mil y 601 mil en el
tercero y cuarto del mismo año y a 719 mil en el primero de 2012.
La cifras del Ministerio
de Empleo muestran la misma tendencia. El paro que en mayo de 2011 había aumentado
en 123 mil personas respecto al mismo mes de 2010, ha crecido
ininterrumpidamente hasta abril de 2012, en que la diferencia con abril de 2011
alcanza los 475 mil. De la misma forma, el número de cotizantes a Seguridad
Social que, en julio de 2011 cayó en 89 mil sobre julio de 2010, en abril de
2012 alcanzaba ya una caída en 12 meses de 559 mil.
Además, otra tendencia
observable en los últimos trimestres a través de la EPA, es que se estabiliza o
crece ligeramente el número de empresarios y ayuda familiar, en tanto la
perdida de ocupación se concentra en los asalariados, lo que es un indicador de
la sustitución de trabajo asalariado por trabajo por cuenta propia, como medio
de subsistencia.
Más allá del oportunismo
del PP que excusa cualquier responsabilidad suya culpando de todo a Zapatero
-olvidando que gobierna la mayoría de Comunidades Autónomas y Municipios desde
mayo del año pasado- lo que estas cifras demuestran es la espiral infernal a
que llevan las políticas de estabilidad a ultranza y la ausencia de políticas
de crecimiento que Zapatero inició a instancias de Merkel, pero que Rajoy está
multiplicando hasta límites insoportables.
Y, aunque aún sea pronto
para medir el impacto real de la reforma laboral del PP, las cifras muestran la
falsedad de la creencia en las desregulaciones laborales para crear empleo. La
comparación de los datos de 2010 y 2011 muestran que la situación ha empeorado
a pesar de la reforma anterior; y los de abril de 2012, con la contrareforma
del PP ya en vigor, acentúan la tendencia y, además, con un repunte del peso de
los contratos temporales que si en marzo representaban el 90,8% del total en
abril fueron del 91%, con la consiguiente bajada de los indefinidos del 9,2 al
9%.
Tiempo al tiempo: en el
futuro sus consecuencias serán aún peores, por la destrucción de empleo público
y la mayor facilidad para el despido, que bajarán la ocupación, ampliarán el
desempleo y continuarán la sustitución de empleo indefinido por temporal.
Desgraciadamente, la
continuidad y ampliación del ajuste, al ritmo acelerado de cada viernes que
promete Rajoy, y la política de miedo del Gobierno deprimirán más la actividad
y reducirán más empleo.
Andrés
Gómez
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