LOS
TIBURONES HAN OLIDO MÁS SANGRE
Ni rescate duro ni blando.
Ni promesas de más Europa, de políticas bancarias, monetarias y fiscales
comunes. A pesar de todo la prima de riesgo sigue subiendo y los vaivenes de
las bolsas continúan.
Los mercados ya han hecho
sus apuestas: no les gusta el euro ni Europa Unida, quieren seguir sometiendo a
la política y comprar barato todo lo que tenga valor para que su dominio sea
irreversible.
Pero ¿qué son los
mercados?. Una buena pregunta, a la que algunos nos responden que somos todos
los que tenemos ahorros y los movemos a través de unos agentes, que buscan
beneficio a cualquier precio, porque en ello les van sus retribuciones
multimillonarias y su status. Esa es una parte de la verdad, pero no toda.
No tienen el mismo poder
ni capacidad de influencia los millones de ahorradores que mueven unos miles de
euros o dólares, que unos pocos cientos o miles de fortunas y brokers que mueven billones, y que, en una economía
globalizada lo hacen sin control entre países, ora en los que tienen
regulación, ora en paraísos fiscales, según les convenga en cada circunstancia.
Los primeros recogen las migas del festín, cuando no pagan su osadía de nadar
entre tiburones, mientras los segundos
deciden y se comen la carne.
El problema es que
mientras que los que tienen capacidad de mover mucho dinero sin trabas, pueden
decidir en minutos, la reacción de la política en el ámbito europeo es un
camino plagado de obstáculos, que lleva meses o años.
Así las cosas, en España
se ha pasado de una creciente internacionalización económica, en que un cogollo
de grandes empresas, se permitían comprar otras empresas a lo largo y ancho del
mundo, a otra en que tienen dificultades para refinanciar las deudas con que
las compraron.
Es curioso que algunos de
los que recomiendan a las familias, que según ellos han vivido por encima de
sus posibilidades, que vendan lo que no puedan financiar, no se hayan aplicado
el cuento y hayan sido tan remisos a hacerlo ellos. Pero en las últimas semanas, ante la presión
de la situación, algunas están empezando a hacerlo, aunque en un momento
francamente malo, y con riesgos, en algún caso, de vender con pérdidas.
Constructoras como ACS,
OHL, FCC o Abertis, Telefónica, Endesa, Iberdrola, PRISA, Abengoa o Arcelor,
así lo están haciendo.
En esa costumbre de culpar
a la política de todos los males, y la "mala política" si es
responsable de muchos, a veces se olvida que la arbitrariedad, el exceso de
codicia y cualquier justificación de los errores, también se producen, y multiplicados,
en el mundo empresarial. Algunos se dan cuenta ahora de que para reducir su
endeudamiento deben vender activos y que, si lo hubiesen hecho al iniciarse la
crisis, habrían vendido en mejores condiciones, reduciendo su endeudamiento y,
que con menos deuda privada, la situación macroeconómica de España sería ahora
mejor.
Por su especial situación,
mención aparte merece el caso de las entidades financieras y en especial las
cajas de Ahorro.
Sin incluir las promotoras
o constructoras de vivienda y obra pública, las cajas intervenidas -Bankia,
Catalunya Caixa y NCG- tienen participaciones significativas en empresas
potentes como Iberia, Indra, NH Hoteles, SOS Cuétara, Mapfre, Enagas,
Iberdrola, Fenosa, CLH o Aguas de Valencia. Si la presión acabase contagiando a
La Caixa la nómina de empresa participadas se ampliaría a Gas Natural, Repsol,
Telefónica o Agbar.
Eso nos da una idea de una
parte de la sustancia que se ventila con el rescate al sector financiero
español y del porqué la presión de los mercados a España es difícil que baje, a
pesar de los esfuerzos que se realicen.
Los tiburones han olido
sangre y están esperando a que procesos precipitados de reestructuración,
forzados por las circunstancias, lleven a ventas a precios de saldo de activos
que tienen valor y tendrán más en el futuro, pero que ahora están vapuleados
por la debilidad de sus propietarios.
Si se está haciendo un
esfuerzo que al final, de una u otra forma, pagaremos todos los españoles, para
rescatar a las entidades financieras, la venta con pérdidas de estos activos,
meter dinero para financiar las pérdidas de esas ventas, sería, una vez más,
dar dinero de todos para que unos pocos, hagan cada vez negocios más suculentos.
Andrés
Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario